El petróleo de la era digital: OPEN DATA

Los datos han superado al petróleo para convertirse en el recurso más valioso del mundo actual, es el nuevo oro. El valor se obtiene de su análisis, ordenar esa cantidad ingente de información requiere del desarrollo de procesos de estandarización mediante el desarrollo de normas, técnicas y tecnologías para la publicación de datos y la interoperabilidad entre sistemas.

Open Data es una iniciativa a nivel mundial que pretende que los datos e información se expongan y sean accesibles, de forma que estén disponibles para su redistribución, reutilización y aprovechamiento por parte de todos los ciudadanos y empresas. Hay muchos tipos de datos abiertos, que  en función de los usos y aplicaciones potenciales pueden clasificarse como datos culturales, científicos, financieros, sobre el tiempo, el medio ambiente, de intereses estadísticos, transporte, etc.

Compartir datos aporta beneficios, entre ellos crear un medio de información honesta, siendo una garantía de transparencia, herramienta para liberar el valor social y comercial, generando participación y compromiso. Para que esos datos cumplan lo que les caracteriza como datos abiertos, tienen que ser datos fáciles de interpretar, accesibles, de calidad, y permitan la interoperabilidad y reutilización de los mismos.

 

Cuando hablamos de datos abiertos por tanto, nos referimos a datos que estén disponibles de forma libre para todo el mundo. Las características que deben cumplir los datos para que los consideremos abiertos son los siguientes:

  • Disponibilidad y acceso: los datos deben estar accesibles, preferiblemente a través de Internet. El acceso debe poder hacerse a través un protocolo estándar que no suponga un coste adicional y los datos deben volcarse en un formato ampliamente extendido y que faciliten su procesamiento.
  • Reutilización y redistribución: los datos deben ser distribuidos bajo unos términos que permitan su uso y explotación de forma libre y no pongan restricciones a cruzarlos con otros datos.
  • Participación universal: todos los interesados, sin excepción, deben poder acceder a los datos y usarlos de la manera que deseen, sin ningún tipo de restricción comercial o de propósito acotado.

El uso intensivo y generalizado de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) promueve una cultura de reutilización de la información en todos los ámbitos, concienciando de la importancia y el valor que tiene esta información y su posterior reutilización. La implantación de las TIC nos está llevando hacia un nuevo modelo de crecimiento económico, ya que los datos son una importante fuente de productividad, innovación, y además nos ayudan a incrementar nuestra competitividad y crear empleo. Promover la utilización de las TIC contribuye por tanto al desarrollo económico en campos como la competitividad, la productividad, la igualdad social y regional, y en definitiva la mejora del bienestar a nivel general.

Hasta la actividad más cotidiana deja hoy un rastro de datos, materia prima para las destilerías de datos, que son utilizados por todo tipo de sectores como las telecomunicaciones, el transporte, la educación, la sanidad, el comercio, con objeto de mejorar sus servicios y generar riqueza económica.

Son numerosos los estudios y noticias que hablan sobre el impacto que el uso de los datos abiertos pueden tener, y están teniendo ya, sobre la economía de los países, sobre las oportunidades de negocio desde las grandes empresas privadas, pasando por las empresas públicas, y llegando hasta los nuevos emprendedores, gracias a todos los datos que están disponibles de forma libre para todo el mundo y sus aplicaciones llegan a todos los sectores, favoreciendo la transparencia y generando nuevos negocios a partir de la reutilización de datos públicos abiertos.

Estos datos abiertos tienen ya múltiples aplicaciones, por ejemplo, los datos abiertos son una de las claves en las ciudades inteligentes o smart cities. Muchas ciudades disponen de servicio y plataformas de Open Data que son verdaderos aceleradores de innovación y permiten focalizarse en los problemas de las grandes ciudades y analizar mejor las soluciones. Los datos abiertos permiten conectar a todos los actores implicados en mejorar el día a día de los ciudadanos.

El sector sanitario tiene también puesto su foco en los Open Data, ya que analizando los datos provenientes de millones de personas, tanto médicos como instituciones pueden comenzar a ver los asuntos de salud con otros enfoques y usar una misma cadena de información en diferentes contextos en busca de una medicina proactiva.

Otra de las aplicaciones más claras de Open Data es en la transparencia de la actividad de los gobiernos. La transparencia de los datos fiscales y presupuestos permite un debate público informado y basado en los datos, no en percepciones.

La alimentación y la generación de una industria agraria sostenible son uno de los principales desafíos a los que no enfrentamos en el siglo XXI, y en este desarrollo uno de los factores clave es la respuesta colectiva a través de la colaboración, a través de vías que permiten compartir datos, generar una información honesta y llegar a la ejecución de buenas prácticas entre países. Esta información resulta de interés tanto para los grandes como pequeños productores a nivel mundial.

Así mismo, otros aspectos de carácter ambiental como son el cambio climático y la protección del medio ambiente son una creciente preocupación de los estados y la sociedad en general. Tener acceso a datos que son reportados a nivel mundial beneficiará a toda la comunidad científica, permitiéndola profundizar, entender mejor los problemas y sus causas y poder llegar a las mejores soluciones en menos tiempo. Por otro lado, gracias a los datos se pueden tomar mejores decisiones sobre las acciones a tomar. Decisiones dirigidas por los datos, que tengan el mayor impacto y cuyos resultados podemos monitorizar de forma global. El potencial de lo que podemos lograr colectivamente gracias a estos datos es inmenso. Al combinar un número cada vez mayor de conjuntos de datos, podemos entender mejor lo que está sucediendo, por qué está sucediendo, quién se verá afectado por lo acontecido y cómo.

Sin embargo, existe otra vertiente social de los datos abiertos más desconocida y que, a pesar de que no se hable tanto de ella, tiene una importancia incluso mayor por su potencial para mejorar la rendición de cuentas y los servicios públicos básicos como la educación, la sanidad, la seguridad ciudadana y el medio ambiente y es conseguir que nuestras vidas sean simplemente mejores.

Las aplicaciones de los datos abiertos llegan a todos los sectores y casos de uso gracias a Internet y las nuevas tecnologías como Cloud, Big Data, IoT… tenemos a nuestra disposición más datos que nunca, en nuestra mano está saber ordenarlos, filtrarlos para sacarles el máximo partido.

Los desafíos que se tienen por delante son seguir fomentando la publicación de datos abiertos, simplificando los mecanismos de acceso y  convergiendo a estándares. La integración de diferentes fuentes de datos y la aplicación de tecnologías de Big Data e Inteligencia Artificial nos ofrecerá en los próximos años resultados espectaculares. El análisis de datos provee información que puede ayudarnos a cambiar nuestro comportamiento conjuntamente como sociedad.

Como es de esperar, no todo es color de rosa y varios expertos en el tema han señalado que todas las herramientas con potencial para cambiar el mundo, pueden hacerlo tanto hacia lo deseable, como hacia lo menos deseable.

Por ello no hay que dejar de considerar que en la era de la información, el poder se mide en términos de conocimiento. No estar al tanto de lo que ocurre a nuestro alrededor y a partir de nuestras interacciones con las demás personas sólo nos hace más vulnerables. Por ello es muy importante que tengamos claro qué uso se da a nuestros datos.